viernes, 15 de mayo de 2015

Un lugar donde tu espíritu puede volar hacia espacios infinitos.

El visitante que busca encontrarse con la naturaleza, encontrará un territorio cargado de paisajes en los que la geología, el clima y la cultura han dejado su mella generando un territorio cargado de personalidad. Con toda seguridad todo aquel que decida embarcarse en descubrir su esencia, hallará un espacio con el que identificarse.

Hablamos de Alto Campoo, de altas cumbres, laderas empinadas y riachuelos rebosantes de vida, de paz y de inmensidad.
Estamos en Cantabria... robles, chopos, hayas milenarias, flores silvestres, frutos de primavera, plantas medicinales y la mas variada fauna. Verdes parajes donde el hombre encontró un lugar para vivir, al cobijo de un paraíso natural lleno de vida. Pequeñas aldeas, casas robustas, tierra de cultura y tradición, hospitalidad y libertad
Glaciar hace mas de 200 millones de años, aun hoy conserva patentes evidencias de lo que fue. El Cordel, El Hiján, El Chivo, El Tres Mares, El Cuchillón… Fieles testigos de la historia de una comarca marcada por los cambios y los contrastes. Laderas de sabiduría, de cultura, de sentimiento, de carácter y de identidad.
De los altos regatos mana un agua tan casta y pura como lo es el tiempo que discurre por cada  escondrijo, por cada recoveco y escondite de este, nuestro querido Valle.

Pasea, sumérgete, avanza por sus senderos, por sus frondosos bosques, descubre paisajes infinitos...














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