El
visitante que busca encontrarse con la naturaleza, encontrará un territorio
cargado de paisajes en los que la geología, el clima y la cultura han dejado su
mella generando un territorio cargado de personalidad. Con toda
seguridad todo aquel que decida embarcarse en descubrir su esencia, hallará un
espacio con el que identificarse.
Hablamos
de Alto Campoo, de altas cumbres, laderas empinadas y riachuelos rebosantes de
vida, de paz y de inmensidad.
Estamos
en Cantabria... robles, chopos, hayas milenarias, flores silvestres,
frutos de primavera, plantas medicinales y la mas variada fauna. Verdes parajes
donde el hombre encontró un lugar para vivir, al cobijo de un paraíso natural
lleno de vida. Pequeñas aldeas, casas robustas, tierra de cultura y tradición,
hospitalidad y libertad
Glaciar
hace mas de 200 millones de años, aun hoy conserva patentes evidencias de lo
que fue. El Cordel, El Hiján, El Chivo, El Tres Mares, El Cuchillón… Fieles
testigos de la historia de una comarca marcada por los cambios y los
contrastes. Laderas de sabiduría, de cultura, de sentimiento, de carácter y de identidad.
De los
altos regatos mana un agua tan casta y pura como lo es el tiempo que
discurre por cada escondrijo, por cada
recoveco y escondite de este, nuestro querido Valle.
Mas arriba las estrellas...
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