viernes, 27 de diciembre de 2013

Gracias a todos y por todo.

Creo que de haber planeado una ocasión más apropiada para inaugurar oficialmente mi blog no la hubiera encontrado. Últimamente estoy asistiendo con regularidad a todo tipo de charlas, seminarios y dinámicas de grupo que se presentan en mi camino relacionados con el emprendimiento y la innovación. Una de las últimas fue de liderazgo y coaching. Nestor Guerra un experto en el sector nos habló entre otros temas interesantes, sobre la importancia de ejercitar el músculo del agradecimiento, y a partir de ahí, además de intentar ejercitarlo con asiduidad intento transmitir a mis primeros "alumnos" la importancia que eso supone en una persona emprendedora e innovadora.

Admito que desde bien pequeña siempre envidié aquellas compañeras de clase que durante los veranos iban a Irlanda a aprender inglés (que era lo que se llevaba entonces). A la vuelta del verano y cuando de nuevo nos encontrábamos en clase sus anécdotas siempre eran más interesantes que las del resto aunque no por ello menos importantes o divertidas, mientras yo me había pasado el verano con mi abuela en Fontibre, con las yeguas y en la piscina de plástico que mis padres me colocaban en el corral, ellas habían ido a Cork, Dublín o incluso a EEUU, habían convivido con una familia y vivido experiencias únicas. Creo que durante esos veranos me empezó a picar la curiosidad de salir de aquí, viajar y conocer lugares increíblemente bonitos que nos esperan ahí afuera. 

Enseguida, en cuanto tuve la oportunidad viví cuatro meses en Portsmouth y entonces la curiosidad empezó a picarme más y más...

Hace unos meses cuando un 19 de marzo de 2013 salió una convocatoria extraordinaria de Erasmus pensé que soñar era gratis, desgraciadamente no soy un cerebrito y pensé que las pocas plazas que quedaban serían para los nerds... Pero semanas después me comunicaron que además de ser una de las afortunadas, mi destino sería la primera opción que elegí entre todos los disponibles... FINLANDIA
En aquel momento corría el mes de Abril y aún quedaban muchos meses. Reconozco que sentía cierta incredulidad hacia la situación, no sé por qué pero no me extrañaba nada que de la noche a la mañana alguien me comunicara que debido a los recortes, las becas Erasmus quedaran suspendidas o cualquier otro imprevisto que truncara para siempre mi sueño en Finlandia. Realmente el apoyo que he recibido hasta el día de hoy ha hecho que la ilusión fuera creciendo día a día.

¿Porqué Finlandia? Hace más de 20 años, allá por el 1990, Marisa la profesora de inglés del San- José nos asignaba un pen-friend a cada alumno con el que teníamos que cartearnos, yo apenas me escribí 6 cartas con un chico Belga pero mi hermana estuvo más de 15 años escribiéndose con Heidi, una chica del norte de Finlandia que nos contaba historias increíbles de su país, la forma de estudiar en los colegios, las nevadas, las cabañitas del norte llamadas “cottages”, Rovaniemi, Papa Noel etc… Desde entonces Finlandia era un sueño para mí, sabia y sé que Finlandia será muy especial

Hoy, 27 de diciembre, cuando al mirar hacia adelante solo quedan 12 míseros y cortos días, es el momento de ejercitar (en mayúsculas) mi músculo del agradecimiento.
En primer lugar a mis padres por ese apoyo incondicional que a pesar de todo han mostrado día a día. Hay veces que la palabra GRACIAS se queda corta y ésta es una de ellas.

A mi hermana porque sin ella todo hubiera sido mucho mas difícil, año a año me doy cuenta que ella es una parte de mi motor y lo ha demostrado con creces en esta aventura que estoy apunto de vivir. El billete, miles de combinaciones, horarios y escalas para que todo salieta al milímetro. La residencia, la tarjeta sanitaria, las asignaturas... Todo, desde la primera hasta la última gestión, que no han sido pocas, siempre ahí.

Y a vosotros chicos, porque la noche del 21 de diciembre creo que permanecerá en mi memoria para el resto de mis días como una de las noches más emocionantes de mi vida. Hernando, Dridri, Varito, Javitu, Abdón, Saúl, Iván, Varela, Oliver, Guti, Gonzalo, Lara, César, Dani Ramos, Dani G, Rocío, Antonio, Aurelio, Marian y Fernando.




                                        

Mi madre dice que no me voy a cruzar el charco, pero cuando te encuentras a más de 3000 km de distancia no tienes dedos en la mano para contar la cantidad de charcos que tienes para llegar a casa.

Gracias a todos desde el primero hasta el último, sin olvidarme de mi familia Juanjo, Ali, Nandi, Elena, Sara, Alberto, Mini-Sara, Palo y Angel.

 Hasta pronto.

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