Y casi en un abrir y cerrar de ojos el 31 de diciembre llama a la puerta y toca despedir este 2013.
Para mí y echando la vista atrás no ha sido ni peor ni mejor que otros. Creo que todos los años solo por el hecho de vivirlos tienen algo de especial y algo de diferente. 12 largos meses, 365 días, 8760 horas y miles de segundos cargadas de bonitas anécdotas, momentos divertidos y buenas noticias entre mezcladas con otras menos buenas, momentos de soledad o simplemente malas rachas…
En el mío ha habido mucho de todo eso….Viajes con amigos, nuevas metas, el trabajo tan gratificante con los chicos en el colegio, el nacimiento de mi prima y reuniones en familia han sido los buenos momentos que hacen que por un instante olvide aquellos peores que también han estado presentes.
En este 2013 he perdido, por lo menos en vida, a personas tan queridas por mí que aun hoy las sigo nombrando como si estuvieran presentes. Ciertas consecuencias de la reforma laboral que hicieron peligrar mi futuro por unos momentos, aunque con mucho esfuerzo las complicaciones están obteniendo fructíferos resultados.
Por suerte y como símil de que la vida es un viaje en autobús, en este año no he bajado a nadie del mío, los que ya estaban han encontrado mejores asientos y otros nuevos han subido a encontrar el suyo.
Creo que no sentirte solo en tu viaje es tan importante que muchas veces el hecho de encontrar solución a los imprevistos sea mucho mas sencillo de lo que en realidad parece. Lo que a las 10 de la noche te preocupa tanto que no puedes dejar de pensar en ello a las 10 de la mañana y tras una charla con un amigo o familiar tiene posibles soluciones o quizá ya la hayas encontrado.
Pasajeros de mi autobús, disfrutad del viaje y ponéos cómodos. En 2014 y si queréis, renovamos bono-bus.
Que el próximo sea por lo menos igual que este, evitando lo malo y ampliando lo bueno para mí y para los míos.
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