Marzo florido seas bienvenido... y este año a menester de la canción nuestro Valle empieza a florecer.
Desde Finlandia recibo las primeras fotos de la precipitada pero no menos deseada primavera y ésta vez, parece que el Valle luce mas bonito que de costumbre, en las cumbres la nieve aun serpentea y en los llanos los lirones y las comemeriendas empiezan a inundar las praderas.
Los días lucen limpios y cristalinos como el mismísimo agua del Ebro. Las margaritas asoman tímidas después del largo y duro invierno y el manto blanco deja su aposentado trono a los riachuelos que brotan por las laderas.
El verdor de los campos es especial durante estos días en los que la naturaleza, sabia ella, se prepara para la ansiada primavera. Un paraíso natural lleno de vida.
Pasear por el monte de la Guariza o por el robledal de Abiada es un verdadero placer durante estos días soleados. Allí solo el piar de algún pájaro irrumpirá el silencio sepulcral del paraje.
Te invito a que pienses en un lugar donde se para el tiempo. Durante tu primer contacto con nuestra casa el aroma de nuestras esencias y el instrumental de las cuatro estaciones de Vivaldi te harán remontar a un lugar especial y único.
Te invitamos a que te pongas cómodo y disfrutes.
En el porche leyendo un libro sobre las costumbres campurrianas mientras las vecinas nuececillas visitan el jardín en busca de migas de pan que llevar a sus nidos, entonces, el libro pasará a ser un complemento mas...
En el salón, frente de la chimenea encendida. Los troncos de roble antiguo arden frente a tus ojos, junto a una copa de vino y en agradable compañía las horas se tornarán en meros minutos.
Utensilios de labranza a tu alrededor, trillos, viejas planchas, martillos, yunques, cinceles, arcas, cadenas de hierro de mas de cien años de historia y un largo etcétera dispuestos a dejarse admirar...
Unas escaleras te invitan a subir... la hornera, la bodega, la ceba, el milano, la yosa y la rotura.
Elige la que mas te guste...
En la guariza un balcón te abrirá los amaneceres hacia en infinito monte que lleva su nombre y el Ebro a sus pies.
En la Yosa a través del ventanal los fresnos y hayas centenarias te brindarán espectaculares puestas de sol.
El Milano y la Ceba beben del río a pocos metros de tu ventana, siente en abrazo de la naturaleza, aquí, elevado a su máxima categoría y nobleza.
Las vacas vuelven al atardecer a sus establos después de un día en los pastos, al igual que los patos, las cigüeñas y los milanos vuelven a casa tras un día de pesca en el Ebro.
Es mágico, como todo lo que nace. Y misterioso, como cualquier alumbramiento. El Ebro asoma en un paraje idílico, al pie de las montañas cántabras, entre chopos y fresnos, formando una pequeña laguna donde sólo se escucha el piar de los pájaros. Una pequeña virgen sobre una columna de granito lo vigila, lo acuna con su mirada como la mejor de las madres.
EL RIO EBRO, EN SU NACIMIENTO, FONTIBRE.
Mientras cae la tarde tan solo disfruta del atardecer... al fondo, en Alto Campoo la silueta de de las montañas en el eterno cielo azul.
Al fin, la noche ha llegado y, ahí afuera la luna y las estrellas se hacen dueñas del lugar mientras, el Valle, descansa en silencio...
Una Posada escrita con puño y letra, en ella encontrarás la historia de una familia y la del río que la vió nacer.
La Posada bebe del río y de sus raíces milenarias para ofrecer al viajero lo mejor de la tierra y sus gentes.
La Posada bebe del río y de sus raíces milenarias para ofrecer al viajero lo mejor de la tierra y sus gentes.
Posada Rural Fontibre, Siente el abrazo de la naturaleza desde una casa que si vienes será la tuya...